Seguro que alguna vez has oído hablar de las tarjetas revolving, pero ¿sabes lo que son? Desde Cebriá Partners, expertos en Ley de Segunda Oportunidad y en reclamación de tarjetas revolving, queremos contarte todo lo que necesitas saber sobre este tipo de tarjetas, como reclamar sus intereses abusivos y por qué pueden ser tan perjudiciales para ti.
¿Cómo saber si mi tarjeta es revolving?
Las tarjetas revolving son un tipo específico de tarjeta de crédito con una particularidad en especial. Todas las compras, disposiciones de efectivo… que se realicen con esta tarjeta, dentro de un límite de crédito, se van a pagar a plazos. Lo que te venden como su principal ventaja es que tú, como usuario, decides cuanto vas a pagar periódicamente para ir reduciendo tu deuda. Por lo general se paga una cuota fija al mes, que suele ser atractiva por considerarse baja, o un porcentaje establecido de la deuda.
La forma de saber si una tarjeta es una Tarjeta Revolving es comprobando el interés que pagamos. La realidad es que este tipo de tarjetas funcionan como microcréditos encubiertos y aplican intereses de entre el 19 y el 26%. Estos porcentajes son infinitamente más altos de los registrados en el Banco de España como los indicados para créditos personales.
El problema principal es que, al ser los intereses tan altos y lo que se paga de cuota tan bajo, la deuda se eternaliza hasta convertirse en casi infinita. Sin hablar del dinero de más que le estamos pagando a la entidad propietaria de esa tarjeta. Por ejemplo, por una compra concreta de 600 € puedes acabar pagando, por culpa de los intereses, hasta 2600 €.
¿Cómo puedes saber si tu tarjeta es revolving? ¡Muy sencillo!
Para confirmar si tienes alguna tarjeta de este tipo solo tienes que acudir a uno de tus recibos mensuales y buscar el tipo de interés, T.A.E o Tasa Anual Equivalente, que se te está cobrando por ella. Si el porcentaje que encuentres en tu recibo es superior al 20%, sentimos comunicarte que tienes una tarjeta revolving.
En resumidas cuentas, si llevas años pagando cuotas de tu tarjeta, pero la deuda no termina nunca, es muy posible que tengas en tu cartera una tarjeta revolving y no lo sabías. La única forma de dejar de sumar intereses y acabar de una vez por todas con la deuda es cancelando el contrato.
Reclama tu tarjeta revolving
Si acabas de descubrir que tienes una tarjeta revolving la forma de proceder es la siguiente. Ahora que lo sabes, puedes reclamar la nulidad del contrato de esta tarjeta de crédito. Pero es que, además, puedes reclamar la devolución del exceso de intereses pagados.
La forma de reclamar dependerá de en cuál de estas dos situaciones te encuentras:
- Si el dinero pagado es mayor del prestado: Puedes reclamar judicialmente la nulidad del contrato y el exceso de capital más lo intereses, el seguro y las comisiones que te haya cobrado.
- Si todavía no has pagado lo prestado: Puedes reclamar judicialmente la nulidad del contrato y la devolución de los intereses, el seguro y las comisiones; y abonar a la entidad el dinero que te quede por pagar.
Existen ya numerosas sentencias del Tribunal Supremo y de diferentes Audiencias Provinciales que dicen que cuando el interés aplicado es notablemente superior al interés legal para ese tipo de operaciones se considera que ese interés es nulo por abusivo. ¡No olvides que todos los consumidores tienen una protección especial por el simple hecho de serlo!
Para hacer esta reclamación judicial necesitarás poder presentar la documentación requerida. En la mayoría de los casos serán necesarios recibos o liquidaciones, los puedes haber recibido por correo o tener disponibles en la plataforma online de la entidad, y el contrato de la propia tarjeta revolving. Es posible que no tengas esta documentación, en cuyo caso te ayudaríamos a conseguirla para poder iniciar la reclamación judicial.
No dudes en comprobar tu contrato para saber si tiene una tarjeta de este tipo y, si es así, reclamarlo. En Cebriá Partners somos expertos en reclamaciones de tarjetas revolving y estamos dispuestos a ayudarte en todo lo que necesites.
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